Asociación para el estudio de temas grupales, psicosociales e institucionales

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V. de Felipe-et all: Tratamiento psicológico grupal en pacientes con fibromialgia


TRATAMIENTO PSICOLÓGICO GRUPAL EN PACIENTES CON FIBROMIALGIA

Victoria de Felipe García-Bardón (*) Isabel Oñoro Carrascal (**) Carolina Antón Monllor (*) 

INTRODUCCIÓN

La  fibromialgia (FM) es una enfermedad de etiología desconocida que se caracteriza por dolor crónico generalizado que el paciente localiza en el aparato locomotor. Además del dolor se encuentran otros síntomas, como fatiga intensa, alteraciones del sueño, depresión, ansiedad entre las manifestaciones clínicas más comunes (1).
El diagnóstico es exclusivamente clínico y está basado en la presencia de dolor osteomuscular crónico y generalizado junto con los otros síntomas descritos previamente. Además debe producirse dolor a la palpación de al menos 11 de los 18 puntos posibles.
La prevalencia de la FM en España es del 2,4% lo que equivaldría a un número de pacientes afectados de 800.000-1.200.000, siendo más frecuente en las edades entre 40 y 49 años, describiéndose una proporción media de 7 mujeres por cada hombre.
La FM es uno de los síndromes más representativos del dolor crónico no oncológico en la población. (2)
Es una de las enfermedades reumáticas que tiene más impacto en la calidad de vida, situación familiar , discapacidad laboral y coste sociosanitario.
La experiencia de dolor y la concomitante pérdida de actividades y de roles profesionales, familiares, de ocio y sociales pueden tener efectos profundamente negativos sobre el estado de ánimo, la autoestima y las relaciones interpersonales.


IMPLICACIÓN DE ASPECTOS PSICOLÓGICOS. LA FM DESDE UNA PERSPECTIVA BIOPSICOSOCIAL

En la actualidad no se conoce la etiología ni los mecanismos patogénicos precisos que actúan en la FM. Los pacientes que padecen este síndrome son diagnosticados y atendidos en la consulta de Reumatología, observándose niveles de psicopatología muy elevados y situaciones psicológicas adversas desde la infancia en muchos de los casos.
Diferentes estudios han evidenciado la inclusión de aspectos psicológicos de manera general en FM (3), considerándose que lo verdaderamente importante  son los síntomas psicosociales centrales del paciente. 
El hecho de que no se evidencie lesión estructural se puede considerar como una base importante que justifica la implicación de los aspectos psicológicos. Además hay evidencia de cambios estructurales y funcionales en el cerebro producidos por el estrés psicológico. Recientemente se han dado pasos importantes en la investigación psicofisiológica que sugieren  que la anormalidad en la FM puede deberse a una respuesta al estrés. Estresores vitales tempranos pueden modificar permanentemente el sistema adreno-hipotalámico-pituitario y la respuesta a los estímulos estresantes  (4). Observaciones recientes relacionan una reactividad excesiva y prolongada de dicho sistema  de respuesta al estrés con una capacidad colaboradora mermada en el diálogo entre los padres y el niño.(5)
Por otra parte, diferentes autores relacionan la FM con trastornos por somatización y, desde una posición psicosomática de orientación psicoanalítica, se definen ciertas características psicológicas en estos pacientes como son la dificultad de introspección y alexitimia (6) caracterizada por una dificultad manifiesta del paciente para manejar adecuadamente su vida afectiva.
En esta línea, P Marty se refiere a la capacidad de mentalización relacionada con las alteraciones psicosomáticas.
Las  teorías psicoanalíticas sostienen el hecho de que el cuerpo tiene también una representación psíquica. La articulación mente-cuerpo se realiza a través de lo perceptual exteroceptivo e interoceptivo, las fantasías deseantes, la palabra, la experiencia vincular y el juego de los afectos. La palabra permite que la sensación interoceptiva se convierta en sentimiento y tenga una representación psíquica. Las representaciones que evocan el dolor van a depender de las vivencias intersubjetivas en que se desarrollaron. (7)
Otros autores se refieren a sintomatología característica de la histeria muy presente en estos pacientes. (8)
Hemos de tener en cuenta  que la experiencia de dolor resulta de la interacción de múltiples factores : fisiológicos y genéticos, pero también cognitivos, afectivos , conductuales, culturales, sociales y familiares. Ninguno de esos factores por sí solo explica adecuadamente las causas de dolor crónico. (9)
El dolor, según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor ( IASP), se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a daño tisular real o potencial, o que se vive como tal daño. En la propia definición se incluye los términos “ emocional” y desagradable”.

CARACTERÍSTICAS PSICOSOCIALES DE UNA MUESTRA DE PACIENTES CON FM.

En el momento actual se pueden ofrecer los resultados de una muestra de 115 pacientes atendidos en un programa de intervención psiquiátrica y psicológica de pacientes con FM en el Hospital Universitario de Guadalajara. Estos resultados concuerdan con los encontrados en otras investigaciones y justifican la inclusión de tratamientos psiquiátricos y psicológicos en FM:
Respecto a las  variables sociodemográficas y  situación laboral  un 94% de la muestra de pacientes son mujeres con una edad media de 47 años. La mayoría tienen estudios primarios y desempeñan trabajos no cualificados en los que se exige un esfuerzo físico importante. El porcentaje de incapacidades es elevado y  un 36% se encontraban en litigio con la Administración para conseguir una incapacidad laboral.
En cuanto a los problemas psicosociales se encuentra que el 35,2% de los sujetos habían presentado  problemas psicosociales graves  en la infancia y adolescencia (de los cuales un 10% sufrió  malos tratos y abusos), en el 58,9% los padecieron en la edad adulta y  un 72,5% en el año previo al diagnóstico de FM. La mayoría son relativos al grupo primario (fallecimiento, enfermedades, conflicto de pareja o de los padres.....)
El impacto en la calidad de vida es severo y en el estado de salud  moderado.
Se observan niveles muy elevados de psicopatología, valorada a través de diferentes instrumentos diagnósticos , siendo los trastornos ansioso-depresivos los que más aparecen y en el Test Proyectivo de Rorschach cabe destacar que el 47,6% de los sujetos presentan depresión (31,6% depresión  primaria y 16,2% depresión secundaria a inhabilidad social), 58,1% déficits en las relaciones sociales  y el 8,6 % presentan riesgo de suicidio.
Según los resultados se observa que lo psicológico está claramente afectado en la muestra de pacientes. Aparece un elevado nivel de sufrimiento, con psicopatología grave, dificultades en el manejo de los acontecimientos diarios lo que genera gran ansiedad. Por otra parte, el área interpersonal está afectada de manera importante, se encuentran aislados, con baja autoestima, desconfiados respecto al entorno, convencidos de que no creen el dolor que padecen. Toda esta situación genera sentimientos de impotencia, frustración, tristeza y rabia que siguen interfiriendo en las relaciones con los demás, incluidos los profesionales sanitarios. (10)
En cuanto al perfil psicológico y variables psicosociales hemos observado algunas características que se repiten con frecuencia y que son señaladas por los propios pacientes. Se definen como personas con dificultades de aceptar los límites, con tendencia a controlarlo todo. Un porcentaje elevado consideran que han tenido un lugar muy activo en la vida, responsabilizándose de todo desde edades muy tempranas con alto nivel de exigencia y perfeccionismo.
Un gran número de pacientes han presentado situaciones carenciales afectivas expresando, en ocasiones, conflictos no resueltos con la familia de origen o situaciones de dependencia no superada en la relación con la madre.
La mayoría consideran que se identifican mucho con el sufrimiento de los demás.
También aparece con frecuencia la presencia de algún desencadenante de la aparición del dolor como accidentes y enfermedades físicas o situaciones de dolor psicológico importantes (enfermedades, pérdidas, situaciones de malos tratos...) y que quizá supongan una crisis que no puede ser resuelta. Al mismo tiempo las limitaciones físicas que conlleva la enfermedad les enfrenta con lo más temido por ellas y es el sentimiento de inutilidad o de que ya no pueden continuar ocupando el lugar que ocupaban hasta el momento.
Todo esto, sumado al hecho de que muchas de ellas han tenido un esfuerzo físico importante en la vida y la presencia de sintomatología física hace que la idea de la FM desde una perspectiva biopsicosocial adquiera cada vez mayor relevancia.

TRATAMIENTO DE LA FIBROMIALGIA. UN PROGRAMA DE ATENCIÓN PSIQUIÁTRICA Y PSICOLÓGICA

La FM la componen un entramado de síntomas que se interrelacionan modulando la experiencia dolorosa. Cuando el dolor se cronifica, afecta a muchas facetas del individuo, lo que hace necesaria una intervención integral para prevenir el agravamiento de los síntomas o la aparición de otras patologías con alta comorbilidad (11).
Los principios básicos del tratamiento en estos pacientes son el conocimiento que el paciente adquiera sobre su enfermedad, el tratamiento farmacológico, la realización diaria de ejercicio físico moderado y el tratamiento psicológico.
El abordaje psicológico debe incluirse desde un principio dada la evidencia disponible que muestra la implicación de factores psicológicos y sociales en los resultados de salud de estos pacientes y de la importancia de una intervención temprana que retrase la cronificación (12).
Se considera que los tratamientos multidisciplinares son mejores. En la línea de estos tratamientos, en el Hospital  Universitario de Guadalajara se está realizando un programa de evaluación e intervención   psiquiátrica y psicológica en pacientes con FM. Dicho programa está integrado en el servicio de psiquiatría (Interconsulta y Enlace) en coordinación con el Servicio de Reumatología.
El programa tiene una duración total de 24 meses  y consta de cuatro partes:
- Valoración del paciente en la consulta de reumatología, donde es diagnosticado   de fibromialgia según criterios de la ACR. (Colegio Americano de Reumatología). Todos los pacientes con este diagnóstico  son derivados al programa.
- Evaluación e Intervención psiquiátrica: entrevista , diagnóstico psicopatológico según criterios DSM-IV(13), prescripción psicofarmacológica y revisiones periódicas.
- Evaluación psicológica: entrevista, evaluación psicológica, administración de tests y cuestionarios de: ansiedad, depresión, personalidad, calidad de vida, cuestionario del dolor y escala analógico visual de dolor.
- Tratamiento psicológico: psicoterapia grupal a todos los pacientes y psicoterapia individual en aquellos casos en los que  la gravedad del cuadro lo precise.
Los objetivos generales del programa son: Incluir de manera sistematizada la atención psiquiátrica y psicológica  a los pacientes con FM y protocolizar la coordinación entre el Servicio de Reumatología y Psiquiatría (psiquiatra y psicólogo de enlace) en la atención a pacientes con FM.

Tratamiento psicológico grupal
Para la intervención grupal se realiza un grupo de psicoterapia de orientación psicoanalítica. El número total de sesiones es de 22 distribuidas a lo largo de un año y medio después de haber realizado la evaluación psicológica. La duración de cada sesión es de 1 hora 30 minutos  siendo grupos cerrados de 10 a 12 integrantes. En un primer período se llevan a cabo 12 sesiones, con una frecuencia semanal,  en las que los 30 primeros minutos se dedican a  psicoeducación y aprendizaje de técnicas cognitivo- conductuales  para el manejo de los síntomas. La hora restante se dedica a la psicoterapia breve propiamente dicha, con una orientación psicoanalítica. A los seis meses de finalizar esta intervención grupal se lleva a cabo una primera revisión de 5 sesiones de psicoterapia grupal que se repiten a los 6 meses de finalizar esta segunda intervención.
     Las investigaciones han demostrado similar eficacia entre las psicoterapias individuales y grupales (14) por lo que la intervención grupal resulta más eficiente ya que atiende a mayor número de pacientes, permite tratar algunos temas con mayor rapidez, se producen procesos de identificación y empatía entre los integrantes que facilitan la expresión y elaboración de conflictos dolorosos, y  facilita el tratamiento de las dificultades existentes en las relaciones que se ven muy alteradas en estos pacientes. El grupo, por lo tanto, ayudará a que los pacientes puedan ponerse en el lugar de los otros y darse cuenta de los efectos que su continua queja y demanda provoca.
Se incluye psicoeducación a través de informaciones porque existe abundante evidencia de que los niveles de educación más altos se asocian con un mejor pronóstico en muchas enfermedades crónicas, como en el caso de la FM (15). Debido a que la incertidumbre y la desinformación son todavía muy frecuentemente parte de la experiencia del paciente, educar a los pacientes sobre lo que la fibromialgia es y cómo se trata es un paso fundamental.
Las estrategias cognitivo-conductuales de afrontamiento del dolor que se les enseña (con una finalidad psicoeducativa) tienen como metas fundamentales ayudar a los pacientes a comprender los efectos que las cogniciones ( como ideas, creencias y expectativas) y las conductas tienen sobre sus síntomas y enfatizar el papel fundamental que juegan los pacientes para controlar sus síntomas (16).
Diversos estudios han examinado los efectos de las estrategias cognitivo-conductuales sobre los resultados en pacientes con fibromialgia demostrando el beneficio de dichas intervenciones sobre estos pacientes. Las estrategias y técnicas realizadas han sido: relajación, creando un marco motivacional para el cambio; desfocalización  y entrenamiento asertivo; reestructuración cognitiva y detección de creencias irracionales; diseño de un programa de ejercicio físico.(17) 
Por último, la psicoterapia de orientación psicoanalítica permite expresar las emociones implicadas en los síntomas de la FM, ya que la represión de las emociones negativas aumenta la percepción del dolor. Se intentan detectar los conflictos para resolverlos y que no se expresen a través del cuerpo, dotándose de significado al síntoma e incluyéndolo en la historia del paciente para que no quede aislado.
La tarea u objetivo del grupo es, tanto la mejoría de los síntomas psicológicos derivados de la fibromialgia, como la elaboración de los conflictos y situaciones psicosociales que han contribuido al desencadenamiento de la enfermedad. El cambio que se pretende con este grupo es interno (elaboración de los sentimientos negativos e inclusión de lo psicológico como un aspecto importante en su enfermedad) y externo (adquirir una conducta más activa y sana así como mejorar las relaciones con los demás).
Se utiliza La Técnica de Grupo Operativo para la coordinación de dichos grupos (18). Con la técnica utilizada en la psicoterapia de grupo se trataría de conseguir una adaptación activa a la realidad; posibilitar la asunción de nuevos roles; adquirir una mayor responsabilidad sobre su salud; y la elaboración de las ansiedades despertadas en cada situación de cambio (19).
Se realiza una evaluación del programa con fines investigadores. El objetivo de esta evaluación es comprobar la efectividad de las intervenciones realizadas y detectar nuevas necesidades para mejorar la calidad de la atención ofrecida a esta población. 
Para valorar si se han cumplido los objetivos del programa se emplean diferentes instrumentos de evaluación cuantitativos (una evaluación post-tratamientos con las mismas técnicas empleadas en la evaluación inicial) y cualitativos (valoración subjetiva realizada a todos los pacientes sobre los contenidos y beneficios de la intervención grupal).
La evaluación de los resultados de la intervención grupal de 90 pacientes tras haber finalizado los dos primeros períodos de intervención grupal (12 sesiones con psicoeducación y psicoterapia y 5 sesiones sólo de psicoterapia), muestra  una disminución significativa a nivel estadístico en ansiedad  (STAI rasgo p = 0.029 y estado  p = 0,015), depresión (BDI  p= 0,001), calidad de vida  (FIQ p = 0,003) y estado de salud general (Nottingham p = 0,0001). Se observa mejoría estadística en la escala analógico visual de la percepción del dolor ( p= 0,024) y el 50% de los sujetos  mejoran, con significación clínica, en  dicha escala. No mejoran más en la percepción del dolor los pacientes que presentan sólo FM respecto de aquellos con patología reumatológica comórbida. Tampoco se observa relación significativa entre no estar en situación de litigo para solicitar una incapacidad y  disminución en los cuestionarios. Un 17% de  sujetos que tenían depresión ( BDI ) no la presentan tras la intervención   El 63,3%  de los sujetos terminan el tratamiento.
Una valoración de los pacientes realizada a través de los emergentes grupales y de una encuesta que se les administra finalizado el tratamiento grupal muestra que el 94,7% valora la intervención psicológica como buena o muy buena.

Algunos aspectos que los pacientes han valorado más positivamente son:
Mejoría del manejo del dolor: aceptación de la FM, disminución de quejas, desfocalización y cambio cognitivo.
Disminuye el sentimiento de soledad: percepción de que no son los únicos con este tipo de problema. Se sienten menos solos ante la enfermedad y más comprendidos.
El aprendizaje de técnicas de relajación ayuda a disminuir el dolor y la ansiedad.
Mejora la comunicación: expresión de sentimientos y aumento de la asertividad disminuyendo el aislamiento social.
Sienten de manera muy positiva el apoyo social que han recibido del grupo: conocer a gente, recibir ayuda del grupo, escucha de los profesionales.
Han podido entender algunos motivos psicológicos que influyen en el dolor y la depresión. Identificar los sentimientos y manejarlos mejor. Canalizar adecuadamente los conflictos. Adquirir mayor autocontrol.
Mejoría en algunos aspectos psicológicos como haer adquirido mayor seguridad, más tranquilidad, valorarse más, disminución de la autoexigencia: aprender límites, delegar.
Adquisición de hábitos de autocuidado.
El grupo ha servido para pararse y poder pensar su enfermedad desde otra perspectiva y a ellos mismo de otra manera.

EL GRUPO COMO ESPACIO PARA TRABAJAR LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Una de las dificultades que más aparecen en estos pacientes es la referida a las relaciones interpersonales.
Los pacientes con dolor crónico tienen como característica común un estilo de comunicación en el que prevalecen las quejas y conductas de dolor a través de las cuales se relacionan,  ocupando las mismas un lugar central en sus vínculos.
En el caso de la FM este hecho se complica al basarse el diagnóstico en la exploración clínica, siendo   el dolor  el síntoma principal pero no objetivándose  ninguna alteración que pueda justificarlo a través de pruebas complementarias.
Los pacientes tienen la percepción de que los demás no creen el dolor que sienten y consideran que  piensan que se lo están inventando o que lo están  utilizando como medida para conseguir algún beneficio secundario. Este hecho incrementa la posición en la cual su relación se centra en el hecho “ convencer al otro” de que sienten  dolor y que el mismo sea escuchado.
Estas características de la comunicación, donde las quejas y conductas de dolor ocupan un lugar primordial en las relaciones   termina produciendo un sufrimiento añadido del que, en la mayoría de los casos, no son conscientes. Dicho sufrimiento se puede observar en la constelación del test de Rorschach que valora las dificultades en las relaciones interpersonales. El 58,1% de los pacientes atendidos dan positiva esta constelación produciendo un 16,2% de las depresiones valoradas por este test.
Por otra parte, este estilo de comunicación termina produciendo rechazo en los familiares y  profesionales sanitarios por los sentimientos de impotencia y frustración que generan, pues parece que nada de lo que se hace les resulta suficiente.
En los grupos se trabaja mucho la relación con los demás y cómo puede afectarles a ellos su enfermedad, es una manera de descentrarse y  cambiar algo de la relación con los otros. Pueden observar los efectos que producen en los demás, ahí en el grupo, la continua queja y cómo la misma no permite escuchar al otro.
El sentirse escuchadas en su dolor, los otros dolores y sufrimientos previos a la enfermedad o aquellos que aparecen como consecuencia de la misma, les permite pensar en el efecto que su actitud tiene y aceptar  sus dificultades y limitaciones así como las limitaciones del otro en la relación Estos cambios, sobre todo los referidos a lo interpersonal, se pueden conseguir mejor cuando son trabajados en grupo por todas las vínculos que en el mismo se generan.
En nuestro programa se les ha ofrecido un espacio grupal para escuchar el dolor emocional que tienen, atender el sufrimiento que dicha enfermedad comporta y poder relacionarlo con los otros dolores y sufrimientos de la vida y eso ha producido un alivio y mejoría que se ha trasladado a la relación con los otros, incluidos  los profesionales.
La experiencia grupal tiene efectos terapéuticos, posibilita reconocer, expresar y compartir los malestares y sufrimientos que no han podido ser elaborados o resueltos y que, en muchos casos, podrían pensarse relacionados con los síntomas físicos que muestran.
La técnica de Grupo Operativo permite que dicha experiencia pueda ser internalizada, transformando algo del lugar que sienten que ocupan en la relación con los demás para poder ser generalizado en el exterior.
El hecho de que la tarea central del grupo sea el trabajo de lo emocional relacionado con los síntomas de la enfermedad es de gran ayuda, además y teniendo en cuenta que es una psicoterapia breve los temas incluidos en la psicoeducación de las primeras sesiones permite centrar cada sesión y avanzar con mayor rapidez, sobre todo al ser  pacientes que en ningún momento hicieron demanda de psicoterapia sino que fueron derivados desde la consulta de reumatología.

TEMAS QUE SE TRABAJAN EN LOS GRUPOS

El diagnóstico y la importancia del mismo. El diagnóstico de FM es reciente y poder decir lo que tienen genera alivio pues legitima lo que les pasa pero, por otra parte, es un diagnostico muy controvertido por no encontrarse una etiología clara y las insuficiencia de los tratamientos.
La FM y su relación con lo psicológico. El rechazo inicial que supone indicar la relación de algunos síntomas con conflictos psicológicos o situaciones vitales que han generado mucho sufrimiento y  no han podido ser resueltas, el asombro de ir relacionando situaciones de su historia con la aparición de algunos síntomas o  brotes, el reconocimiento de que hay otros muchos dolores y afectos que no han podido expresar y el alivio que produce poder compartirlos y entenderlos con los demás y   darse cuenta de que no son los únicos, ofrece una perspectiva nueva de la enfermedad que permite cambios y mejoría en los pacientes.
Existen tres vertientes de trabajo de lo psíquico que se van alternando en los grupos siendo importante no olvidar ninguna de ellas: lo psíquico como causa de algunos dolores, lo psíquico afectado por los dolores y lo psíquico como un dolor más cuando no se pueden elaborar y resolver conflictos y situaciones personales.
El trabajo y la incapacidad. La frustración que genera no poder realizar el trabajo por las limitaciones físicas; no encontrar trabajos adaptados a su situación física; el rol de enfermo, que se va adoptando cuando uno se queda en casa,  quizás como una forma de compensar el estar cobrando y no ir a trabajar; los problemas económicos que se generan en muchas situaciones por no poder trabajar  y los conflictos con la incapacidad bien por no conseguirla bien por tener ingresos mucho menores que antes; el rechazo que el no trabajar genera en los demás son aspectos que se van trabajando en este espacio grupal.
Las relaciones con los demás. Desde las relaciones de la infancia y el significado e importancia que tienen en el momento actual hasta los mecanismos de comunicación tan alterados y distorsionados que utilizan.
Efectos terapéuticos del tratamiento grupal:
Aceptación de las limitaciones Importancia del papel activo y la implicación del paciente en el tratamiento y mejoría. La relación con el otro y el lugar que ocupan y repiten. Sentirse aceptados a pesar de lo que cuentan. Elaborar conflictos no resueltos. Hacerse cargo de la importancia de su trabajo en la mejoría. Y aceptar las limitaciones.

ALGUNAS REFLEXIONES RESPECTO A LA TÉCNICA

Es muy importante explicar  la implicación de lo psicológico en la FM (lo psicológico como un aspecto más con lo físico y social) (lo psicológico como desencadenante del dolor, mantenedor, y consecuencia).
Es necesario aclarar  bien el encuadre: aquí estamos para trabajar lo psicológico, las quejas del dolor físico se expresarán porque  también es terapéutico y es su demanda, pero vamos a relacionarlas siempre con su significado e implicaciones en lo emocional.
La resistencia para avanzar en lo psicológico es muy elevada y continuamente vuelven a explicar todo a través de lo físico.
Terapeuta muy activo en “darle la vuelta” a la queja: mostrándola, interpretándola o trayendo lo contrario ( lo positivo). Poco a poco termina haciéndolo el propio grupo.
Importante que se den cuenta de las diferencias: no todos los pacientes con FM son iguales. Si se puede romper ese “bloque”  (imaginario) es más sencillo producir cambios.
Aprovechar las situaciones que ocurren en el grupo para extrapolarlas y que se den cuenta de que también pasan fuera (No se escuchan, se quejan continuamente, sólo hablan del dolor).
Insistir en la responsabilidad que tienen ellos en su salud: dependiendo de lo que hagan van a estar mejor o peor.
Insistir en la necesidad de abordar la enfermedad desde diferentes ámbitos y tratamientos, en lo psicológico también hay diferentes abordajes: relajación, psicoterapia.... se pueden hacer intervenciones independientes de acuerdo a objetivos.
Estar atentos a los sentimientos que estos pacientes provocan en el terapeuta (rechazo, frustración, impotencia...) para que no interfieran en el tratamiento. Pensar que son personas que sufren.

CONCLUSIONES

Los pacientes de nuestra muestra han padecido a lo largo de su vida estresores psicosociales importantes, presentan niveles muy elevados de  psicopatología en el momento de la evaluación recogida a través de diferentes instrumentos  diagnósticos y su calidad de vida se encuentra afectada de manera importante. El porcentaje de pacientes que están en situación de incapacidad es muy elevado. Estos datos avalan la importancia de incluir tratamientos psiquiátricos y psicológicos en la atención a pacientes con FM.
Es necesario diseñar y evaluar programas de atención psicológicos adecuados a los dispositivos en los que se atiende esta patología. La excesiva población atendida en los mismos, la implicación de los aspectos psicológicos y  la importancia de su atención para la mejoría del paciente así como la ausencia de demanda de tratamiento psicológico hace que las intervenciones tengan características peculiares que han de ser contempladas.
Los resultados muestran mejoría en los pacientes en algunos de los síntomas que más aparecen y que provocan malestar como son ansiedad, depresión, impacto de la FM en la calidad de vida y estado de salud.
El hecho de que los pacientes que se encuentran en litigio con la Administración para conseguir la incapacidad laboral no muestren diferencias en la mejoría valorada por la disminución de síntomas  apoya la idea de que todos los pacientes, tanto los que estén en situación de solicitud de la incapacidad como los que no están se puedan beneficiar de un tratamiento psicoterapéutico.
La intervención psicoterapéutica grupal en la que se integran aspectos psicoeducativos, estrategias cognitivo-conductuales para el manejo del dolor y psicoterapia psicodinámica ha mostrado que es efectiva en la disminución de algunos síntomas de la FM.

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(*) Psicóloga Clínica. (**)  Psicóloga Residente de Psicología Clínica (P.I.R.). Servicio de Psiquiatría. Hospital  Universitario de Guadalajara


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